Un cambio interesante

Mucho dijimos acerca de las redes sociales y los políticos. Mucho dijimos acerca de Twitter y de la gran exposición pública que tienen los políticos con el fin de gestionar (no sólo durante el período electoral), comunicar ideas, mostrar propuestas y dirigirse a un target cibernético que cada vez es mayor.

En esta entrada le daremos mayor importancia a la interrogante que se generó como puntapié del blog. ¿Será Twitter una herramienta que produzca un cambio importante en la sociedad política? De alguna manera si. Es sabido que, con el surgimiento de la Web 2.0, la gente está totalmente comunicada. La retroalimentación entre las personas hace que la gente se informe cada vez más y mejor. Ya no tienen que recurrir a un programa de T.V para informarse acerca de un partido político, ahora lo pueden hacer directamente, siguiendo al político de forma directa.
Del otro lado de la puerta, los políticos tienen a su alcance una herramienta muy poderosa, para poder dirigirse directamente con el público, y dar a conocer sus propuestas. Pero este hecho genera un alto grado de exposición pública. Y por esta razón, creemos que la transparencia, la honestidad, y un buen obrar serán ahora determinantes.

No me animaría a decir que habrá una demanda extra por parte de las personas. Pero si es posible que la gente le de más hincapié a las promesas, las obras, y las formas de obrar de los políticos. Las personas pensarán que si no es posible que se realize buena política (profesionalmente hablando), por lo menos, deberá haber honestidad y transparencia.

Citando a Paul Beelen, "el concepto boca a boca acaba de reinventarse" y "la hyper conectividad de los consumidores no deja espacio para errores, ni permite al anunciante mentir u omitir la verdad". En su texto titulado Publicidad 2.0, Beelen se refiere a las marcas y las compañías. Los políticos son pequeñas marcas, y mediante el uso de las redes sociales como Twitter, ahora ellos pueden hablar "cara a cara" con el público. La gente ahora tambien es productora de información. Por lo tanto, las opiniones de las personas son reales y pueden ser sumamente dañinas si se hablara de una opinión negativa. Lo que una persona escribe desde su casa puede ser visto por miles y miles en tan sólo una hora.

El cambio de actitud en la clase política podrá ser beneficioso o no, dependiendo del uso que le den. Pero lo que está claro y nadie cuestiona es que la persona es partícipe directo. Y allí es donde los políticos deben tener extremo cuidado. La confianza que generen en el público depende pura y exclusivamente de ellos.